Discurso íntegro Foro SUR: Málaga ante un nuevo futuro: EMPLEO

 

Presentación del consejero de Empleo, Empresa y Comercio, Javier Carnero Sierra. Foro Sur 18 de Diciembre de 2017

Consejero, Javier Carnero.

Delegado del Gobierno JA, José Luis Ruiz Espejo.

Director del Diario Sur, Manolo Castillo.

Viceconsejera, Pilar Serrano.

Autoridades.

 

Autoridades, amigos y amigas todos;

Estoy seguro de que en nuestra provincia Don Javier Carnero Sierra, consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, no necesita presentación. No obstante, y de manera breve recordaré algunos aspectos de su trayectoria personal y política.

Este consejero malagueño, abogado de profesión, lleva años dedicando su vida al servicio público. Empezó desde lo local, como alcalde de Benalmádena, dando un poderoso impulso a la nueva política en su municipio. Dos legislaturas como alcalde, que sirvieron para impulsar un proyecto de modernidad en una ciudad que, pese a su enorme potencial, padeció prematuramente ese primer populismo de nuestra democracia y que tuvo su amargo epicentro en algunos de  nuestros municipios de la Costa del Sol.

Casado con una gran mujer y una gran socialista, y padre de dos hijas, Javier representa una nueva generación, que también es la mía, que ha crecido y vivido en democracia. Si hoy se habla de nativos digitales, nosotros somos afortunadamente nativos democráticos, lo que supone una enorme ventaja, y también una enorme exigencia.

La exigencia de no defraudar las expectativas de los que esperan algo de nosotros. De creer y actuar conforme a valores políticos y éticos. Nacidos en democracia para la política del S. XXI, formados para hacer una nueva política.

Recordaré siempre aquel momento en que nuestro amigo José Andrés Torres Mora te escribió, tras aquella injusta moción de censura allá por 2009, “el alcalde próximo será el próximo alcalde”. Ese juego de palabras, que habla de la cercanía que deben mantener representantes y representados, caracteriza a la perfección a Javier el político, que es igual que Javier la persona. Un político próximo, un hombre cercano. Se lo puedo asegurar tras casi 20 años de amistad.

Javier es también una persona extraordinariamente generosa, como ha demostrado cuando ha sacrificado sus expectativas legítimas, a favor de las de sus compañeros y compañeras de partido. En eso tanto él como su viceconsejera, Pilar Serrano, son políticos ejemplares. A la altura de los estándares más exigentes de una democracia avanzada.

Javier Carnero y yo hemos compartido trabajo y labores al frente de las delegaciones provinciales de la Junta de Andalucía en Málaga; en mi caso, de Igualdad, Salud y Políticas sociales; en el suyo, Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Y ahora, desde su despacho en Sevilla, les puedo asegurar que sigue trabajando, con la misma sensibilidad, con la misma inteligencia y el mismo tesón, para mejorar la calidad de vida de los malagueños y malagueñas y de todos los andaluces y las andaluzas.

Su labor al frente de esta consejería es incansable, porque esa es otra de las cualidades de Javier Carnero, no rendirse, no cansarse. Desde su responsabilidad está poniendo la voz a muchas realidades silenciadas por el gobierno central. Una de ellas es que la competitividad para la creación de empleo debe llevar pareja condiciones laborales dignas, no podemos ni debemos competir en precio con los mercados asiáticos, tal y como publicaba ayer Diario Sur, en una tan interesante como incisiva entrevista del consejero que le hizo mi buen amigo Javier Recio, que como todos conocéis y dicho con ese cariño que dicen que nace del roce, es un poco correoso.

No podemos crear leyes que  amparen este modelo que compite bajando los salarios, como lo hace en la actualidad el gobierno central con una reforma laboral injusta e ineficiente.

Existe una nueva realidad social, hablamos de miles de españoles que aún trabajando 40 horas semanales no llegan a fin de mes. Son trabajadores, sí, pero trabajadores pobres.

Una sociedad debe proveer a sus ciudadanos de trabajos y salarios dignos. Esta precarización de los mercados sólo ayudará a empobrecer a nuestro país. Crecerán las cuentas anuales de las empresas, los sueldos y dividendos de sus directivos, pero los salarios de quienes sostienen ese tejido productivo se ve dramáticamente debilitado. Este año, de hecho, ha sido la primera vez en 25 años que ha bajado el salario medio de los españoles, que ha caído un 0,8%. Un dato descorazonador, fruto de políticas neoliberales, sostenidas por la ideología, pero no por su eficacia económica ni por su bondad social.

A Javier le ha tocado batirse en un terreno apasionante para un socialista. Sobre todo, si por contraste, observamos la mezcla de indiferencia e indolencia del gobierno central ante las consecuencias de sus políticas para Andalucía, sin poner en marcha en nuestra tierra un plan de empleo, como los que sí han puesto en marcha en otras autonomías, como Extremadura o Canarias.

De igual modo, que califico sin ambages de racismo identitario lo que sucede en Cataluña con los independentistas, es posible rastrear históricamente formas de supremacismo hacia Andalucía de ciertas élites políticas de la derecha centralista, también la de aquí, que se han mantenido hasta el presente. Si los tópicos sobre Andalucía no son justos, tampoco son inocentes quienes los promueven. Y al amparo de esos tópicos se escudan quienes, en lugar de cooperar con nosotros, nos ignoran o, lo que es peor, nos sabotean.

Obviamente, la solución al desempleo no pasa exclusivamente por estos planes de empleo, como tampoco es la caridad la solución a la pobreza. La solución a todo esto es la puesta en marcha de políticas que estén animadas por un espíritu de justicia social. Entre otras cosas, y esto es algo que cierta derecha nunca ha entendido, porque no hay prosperidad económica sin justicia social. Por eso no podemos dejar algo tan fundamental como el empleo exclusivamente en las manos ciegas, además de invisibles, del mercado. Hace falta la implicación de todas las administraciones públicas. Y eso es lo que un socialista como yo, empeñado en mejorar la vida de los malagueños y malagueñas desde las tareas de oposición en el Ayuntamiento de nuestra ciudad echa en falta cuando analiza el pacto entre PP y Cs: ni una palabra sobre empleo. En eso se nota que es un pacto de las derechas.

La preocupación por impulsar la creación de empleo desde los gobiernos es una seña de identidad de los gobiernos laboristas, socialdemócratas y socialistas de toda Europa.

Lo hacemos, por ejemplo, desde el gobierno Andaluz, con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz a la cabeza, mejorando las cualificaciones de nuestros jóvenes, facilitando el acceso a la Universidad.

Si hoy la economía de Andalucía crece más que la del resto del país, es porque desde hace mucho tiempo la Junta de Andalucía apostó por el Parque Tecnológico de Andalucía, concretamente la que ideó el entonces alcalde de esta nuestra ciudad, Pedro Aparicio, nos marca la senda de un mercado que debemos mimar para la creación de empleo y que sólo este año ha supuesto el 20% del PIB de la ciudad de Málaga. Razón por la cual el Grupo Municipal Socialista, que tengo el honor de liderar, ha impulsado el otorgarle la medalla de la ciudad a la tecnópolis malagueña, propuesta que finalmente ha sido aprobada por unanimidad. Una nueva política es la que no peca de adanismo.

Amigos y amigas, la creación del empleo en nuestra ciudad debe incidir en crear modelos de calidad, en todos los espectros, también en el turístico, tan íntimamente ligado a nuestra tierra. Esa es la apuesta de los gobiernos socialistas en Andalucía, y esa será nuestra apuesta desde el Ayuntamiento de Málaga. Crear empleo y dignificar las condiciones de quienes lo ejercen.

Sin olvidarnos de los funcionarios públicos, los mismos que el pasado viernes recibieron un revés del Tribunal Constitucional después de la denuncia del gobierno de Rajoy a la jornada de 35 horas. Mientras en otros países el modelo laboral es el productivo, en España seguimos cayendo en el error de la contabilización de horas, sin contar el factor humano. Viejos métodos para políticas viejas. Un camino que desde luego no conduce al progreso.

Por todo ello, para comenzar este foro deberíamos hacernos unas preguntas: ¿Aceptaremos una economía en la que solo algunos de nosotros vivan espectacularmente bien? ¿O nos comprometeremos a desarrollar una economía que genere sueldos que aumentan y oportunidades para todos aquellos que se esfuercen? Me refiero a la creación de la riqueza y su redistribución justa.

Esos son los retos a los que se enfrenta el consejero de empleo, y los desafíos no son fáciles de sortear. Pero conociéndote, como te conozco, estoy seguro que trabajas por superar esos retos con audacia y sortear los desafíos con habilidad.

Consejero, tuya es la palabra.

Muchas gracias.

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