El responsable de Urbanismo en el grupo socialista, Mariano Ruiz, pide al regidor malagueño “que contenga su soberbia desoyendo los consejos de la UNESCO”, mientras que la construcción del rascacielos “también es contraria a la Ley de Patrimonio por más trampas al solitario que quiera hacer el alcalde”
El concejal socialista Mariano Ruiz, responsable de Urbanismo en el grupo municipal del PSOE, ha pedido al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre “que deje de hacer trampas al solitario con la torre del puerto” varios días después de que el regidor malagueño quite importancia a los requerimientos de la UNESCO sobre la idoneidad de la construcción de este rascacielos en el Dique de Levante. “Las declaraciones de Paco de la Torre son muy tristes. El alcalde tiene que abandonar su soberbia, tiene que dejar de atender a los que sólo persiguen hacer negocio y escuchar las opiniones del resto. A cualquiera de ellos, porque la inmensa mayoría opina que esta obra es una aberración. No es consciente del daño que puede hacer a Málaga, a su identidad y a sus símbolos”.
Concretamente, el socialista defiende que “Paco de la Torre no debería pensar que su visión está más acreditada que la del resto de organismos independientes que han alzado la voz como el colegio de arquitectos, Ecologistas en Acción y otro sinfín de ellos, ahora, por cuarta vez, la UNESCO. Esta organización internacional a través de ICOMOS ha venido a reforzar lo que llevamos un tiempo advirtiendo, ha sentenciado que la construcción del rascacielos del puerto es contraria a la Ley de Patrimonio”, ha afirmado Ruiz Araujo. Hace pocos días ICOMOS, que es el Comité Nacional Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, se pronunció por cuarta vez en contra de la torre del puerto por quebrantar la Ley de Patrimonio Histórico mientras mantiene que la declaración de la Farola como BIC refuerza esta postura.
Además, el socialista considera que “la declaración de BIC de la Farola blinda entre otros muchos aspectos, sus valores técnicos y prohíbe su alteración. La construcción de la torre va a afectar a su función, haciendo a nuestra Farola inservible y, por lo tanto, tiene asociada la condición de apagarla y construir un nuevo faro, que además tendremos que costear los malagueños. No hay mayor alteración técnica que negarle su función”, ha exclamado.
Ruiz Araujo ha resumido que “el rascacielos del puerto no va a traer más cosas positivas que negativas, sino justamente al revés. Va a hacer infernal la movilidad del entorno, va a regalar a un fondo catarí unos espacios públicos de la ciudad de Málaga de valor incalculable, va a suponer un riesgo medioambiental importantísimo, va a permitir un juego especulativo de final incierto, va a opacar nuestro impresionante paisaje y nuestro patrimonio, nos va a costar una pasta y va a apagar nuestra Farola entre otros muchos costes más”, ha zanjado el edil del PSOE.
Movilidad infernal en La Malagueta
Otro aspecto negativo sobre la construcción de la torre del puerto, en opinión de lo socialistas, es que “convertirá la movilidad en La Malagueta en un infierno, estresando además el movimiento de los vecinos a pie”. Así lo mantiene el responsable de Movilidad en el grupo socialista, Jorge Quero, que afirma que en el momento en que se comenzó a urbanizar en La Malagueta “hace muchos años, no se tuvo en cuenta planificación urbanística alguna sino que el objetivo era albergar al mayor número de personas en unas viviendas que ahora tienen una importante falta de espacios públicos y de equipamientos, carestía de aparcamientos y, si se construye el rascacielos, se estresará aún más la movilidad”.
El responsable socialista considera que el equipo de gobierno local se ha liado la manta a la cabeza con un desafío a ciegas sin abordarlo con un plan de movilidad. No sólo no es el sitio, porque se cargará el skyline de la ciudad de Málaga y las vistas a nuestra bahía. Es que este rascacielos albergará a miles de personas que entran y salen del Dique de Levante por un carril en un único sentido. La congestión diaria está más que asegurada y la pagarán, como siempre, las familias malagueñas que vivirán al lado de este pelotazo urbanístico. La Malagueta al completo se convertirá en un punto negro de movilidad, mientras que el rascacielos, de construirse, tendrá un impacto muy negativo en la vida de los residentes”.