Los socialistas señalan que en Málaga hay clubes como el de baloncesto de La Goleta, en el que entrenan 229 niños y niñas de los cuales más de la mitad proceden de zonas vulnerables y familias deprimidas económicamente, que necesitan ayudas urgentes
El Grupo Municipal Socialista pide al Ayuntamiento que “aumente su apuesta económica por los clubes de deporte base que promueven la igualdad de oportunidades”, sobre todo para incentivar la labor de “aquellos que entrenan a jóvenes que proceden de zonas vulnerables”, caso del Club de Baloncesto La Goleta, donde más de un 50% del infantil femenino procede de zonas vulnerables como La Palmilla.
Así lo ha manifestado el responsable de Deporte en el grupo socialista, Pablo Orellana, tras reunirse con su directiva junto a las ediles Carmen Martín y Lorena Doña. En pleno entrenamiento en las canchas del colegio San Juan de Dios de La Goleta, Orellana ha manifestado que “esta imagen defiende que el deporte base en Málaga es una clara herramienta de integración social”, puesto que gran parte de quienes sudan la camiseta cada miércoles “proceden de entornos deprimidos”. El socialista apunta que “clubes como este no quieren ser más que nadie, pero no menos. Necesitan un lugar en el que entrenar sin estar de prestado, con el miedo de que tras el fin de temporada el acuerdo con los centros educativos se acabe. También piden que la concesión de ayudas municipales, la mayoría de manera discrecional, tenga en cuenta la salud económica de los clubes, porque si no fuera por ayudas de entidades privadas y otras iniciativas de la directiva, los equipos de La Goleta no podrían pagar más de 200 fichas federativas. La mayoría de las familias no pueden pagar para que sus hijos entrenen”, ha asegurado.
Además, el responsable socialista señala que “la labor social del club va más allá cuando vemos que se regala a chicos y chicas calzado deportivo y equipación, porque no pueden afrontar ese gasto. El dinero no nace de los árboles, esto debería tenerlo en cuenta el área de Deporte del Ayuntamiento”, ha insistido Pablo Orellana, que ve en el apoyo al deporte base malagueño “la oportunidad de oro para demostrar que Málaga lucha por la inclusión social sin ambages ni titubeos. Pedimos al Consistorio la creación de ayudas específicas para clubes deportivos con fines sociales como el que hoy hemos conocido en La Goleta de primera mano”, ha zanjado por su parte.
Lorena Doña es concejala responsable por el PSOE en el distrito de Palma-Palmilla, “de donde proceden muchas chicas y chicos que ahora vemos entrenando y que volverán a entornos donde el propio OMAU, organismo municipal, alerta sobre la gran brecha de la desigualdad que encontramos en Málaga”. Para la socialista, “la práctica deportiva no es un lujo, sino una oportunidad para que los jóvenes cuiden su cuerpo mientras salen por las tardes de entornos deprimidos y esto el Ayuntamiento de Málaga lo tiene que comprender. Ayudar a clubes con perspectiva social y de deporte base como el de La Goleta no es un capricho, sino algo imprescindible”.
“De nuevo vemos que el equipo de gobierno fomenta la existencia de dos Málagas. Una, de primera, porque tenemos constancia de que hay clubes en la ciudad con gran salud económica a quienes no se les discuten las ayudas. Mientras que otros más humildes, como el que nos encontramos entrenando de prestado en las canchas del colegio San Juan de Dios, nunca sabe cómo va a terminar la temporada cuando tiene que pagar del orden de 200 fichas para federar a sus niños y niñas”.
La socialista Carmen Martín, responsable del distrito Centro en el PSOE, ha ensalzado “la titánica labor que realiza la directiva del club La Goleta, monitores y entrenadores que llevan la práctica deportiva más allá y que incluso se preocupan por que los niños y niñas acudan al médico cuando lo necesitan y llaman a las familias si los chicos faltan al entreno, por si ha pasado algo”. Martín señala que muchos de los jóvenes pertenecen a familias inmigrantes, con dificultades con el idioma. “El propio entrenador, Pablo, llama por teléfono a Salud Responde para pedirle cita a los niños y a los padres, llevan su afición al deporte hasta un prisma social muy importante, al que el Ayuntamiento no puede llegar. Y esto hay que recompensarlo, no pueden llegar a final de temporada con el alma en vilo, sin saber si el dinero les llegará para entonces o algún día tendrán que buscarse otro sitio para entrenar”.
El entrenador es Pablo Manzano, que se reparte con otros compañeros la tutorización deportiva de “229 niños y niñas sólo en el club de baloncesto, entre los 4 y los 18 años. Aquí también entrenamos gimnasia rítmica, voleibol y fútbol”, con jóvenes “que vienen la mayoría de la Palmilla, también del Molinillo, de La Goleta y de Miraflores”. Tras preguntas sobre la situación social de las familias, Manzano admite que “muchos de los chicos proceden de un ambiente familiar desestructurado que encuentran en los entrenamientos un desahogo, un aliento para progresar, para hacer las cosas bien. Este derecho al deporte no se lo podemos quitar a los jóvenes, aún más cuando el baloncesto los quita de estar en la calle por la tarde haciendo cosas que no deberían”. Advierte de que “muchas familias no pueden hacerse cargo de un gasto extra como la mensualidad del club, pero es que tienen que elegir entre deporte y comer en casa”.
Este joven entrenador pide al Ayuntamiento que “las ayudas municipales se repartan entre los clubes atendiendo a requisitos como la economía de los equipos, sus necesidades de alquiler de las canchas, el número de jóvenes que no pagan la mensualidad porque no tienen dinero y, sobre todo, pedimos al equipo de gobierno que sea sensible con esta realidad, el acceso al deporte con plena garantía de igualdad”. Pablo Manzano ha señalado que sólo en ropa deportiva y fichas federativas del club de baloncesto “se nos van entre cinco y seis mil euros por temporada, un dinero que sacamos hasta debajo de las piedras por cosas que hacemos y por la ayuda de entidades privadas, aunque no son suficientes”. Pablo Manzano pide al Ayuntamiento “que las ayudas municipales permitan la competitividad en igualdad de condiciones” y que se ponga ahínco en la oferta de instalaciones deportivas públicas “para que los clubes de deporte base no tengan que estar viviendo de prestado en colegios”.